Lopez-Guerrero es investigado por utilizar a menores de edad para cruzar metanfetamina por los puertos de entrada de California, además de distribuir droga en varios condados y emplear aeronaves ultraligeras para mover cargamentos hacia territorio estadounidense. Las autoridades también lo vinculan con el envío de armas hacia México, entre ellas un fusil AR-15 sin número de serie y decenas de cartuchos.

 

El acusado fue presentado ante una corte federal al llegar a San Diego, donde se declaró no culpable. Tras una audiencia posterior se ordenó su detención mientras avanza el proceso judicial, el cual deriva de una investigación de varios años que permitió decomisar más de ciento ochenta kilogramos de metanfetamina, fentanilo, heroína y múltiples armas.

 

La extracción de Lopez-Guerrero fue posible gracias a la colaboración del Departamento de Justicia, la Oficina de Asuntos Internacionales, el Servicio de Alguaciles, y la Fuerza de Tarea contra la Delincuencia de Alto Impacto, integrada por agencias como FBI, DEA, HSI, ATF, Guardia Costera, Interpol y otras corporaciones que participan en el combate a organizaciones criminales transnacionales.