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Bombero Juan Manuel trabaja para dejar un legado en la corporación

09/11/2025 10:20

 
A poco más de dos años de cumplir su misión y dejar el H. Cuerpo de Bomberos, el bombero primero Juan Manuel Olivas Pérez pretende dejar como legado algo más que su trabajo, compañerismo y entrega en la corporación a la que ha servido por casi 23 años, pues junto a su labor, ha plasmado su talento artístico e inculcado en su hijo el amor por el uniforme al grado de contagiarlo para convertirse también en bombero.
 
Ingresó como bombero de academia el primero de enero de 2003 y el paso de los años escaló al grado de Bombero Primero que ostenta actualmente, realizando funciones como oficial de compañía u operador maquinista.
 
“Cuando uno llega, llega a aprender desde limpiar la estación, porque la estación es parte de nuestra casa, y para un bombero el sentido de pertenencia es importante, entonces es como hacer tareas en la casa cuando vemos un papel tirado lo recogemos o cuando vemos un vidrio sucio lo limpiamos; pero lo más difícil es adaptarse a los horarios y permanecer 24 horas continuas fuera de casa sin ver a la familia”, agrega.
 
“De 2003 a 2013 fue un tiempo de aprender, de aprovechar las oportunidades que me daban. En ese inter se abrió la convocatoria y el tiempo que pedían de antigüedad era de 5 años y como también siempre me ha gustado progresar en el área laboral, participé”, destaca.
 
Se considera parte de una generación que ha sido testigo de “una nueva era” en lo que respecta a modernización de la corporación, pero en contraparte es la generación que quedó marcada por la pérdida de sus compañeros en el incendio de la calle Libertad en septiembre de 2006 “ese día yo llegué como a las 11 pero ellos ya no estaban, ya se los habían llevado”, recuerda.
 
Además de incendios de grandes dimensiones como el del Centro de la ciudad comenta haber participado en otros como empresas madereras, la papelera y pastizales en los que a veces debía participar todo el personal pues únicamente existían cinco estaciones en toda la ciudad.
 
Respecto a su pasión por el dibujo y la pintura expresa haber hecho tantas que ya no recuerda una cifra exacta.
 
La mayoría tienen como tema máquinas bomberas y su evolución, y si bien surgen espontáneamente, también le han hecho encargos para regalar a corporaciones hermanas como el repintado de un perrito Chihuahua de fibra de vidrio para el Cuerpo de Bomberos de Albuquerque, Nuevo México.
 
Algunos de sus trabajos lucen en colores originales de las máquinas pero en otros ha practicado el uso de grises como parte de la exploración de técnicas diferentes. Sus creaciones se encuentran en varias estaciones pero principalmente en la estación # 5, ubicada en la avenida Pacheco, junto a la Comandancia Sur.
 
La cochera cuenta en el muro de acceso con un cuadro donde se plasman valores patrióticos e inherentes al trabajo en el H. Cuerpo de Bomberos, con el cual participó en un concurso interno y si bien su deseo es dejar un recuerdo para cuando esas máquinas ya no existan, su sueño va más allá, pues pretende obtener el permiso de sus superiores para realizar un mural que refleje más ampliamente su trabajo.
 
Pero sin duda su mayor orgullo lo constituye el hecho de que su hijo Ángel haya seguido sus pasos sumándose a las filas del H. Cuerpo de Bomberos tras haber cursado la academia del ISSCUU, de donde egresó el reciente mes de agosto superando exhaustivas pruebas junto al resto de sus compañeros.
 
“La verdad yo nunca pensé que iba a dar ese paso. Siempre que llegaba a la casa o me visitaban, se subía, le movía, pero nunca pensé que fuera a tomar la decisión. Fue hasta terminar su carrera que vimos la convocatoria, platicó con unos compañeros, se animan a entrar y conforme avanza la academia se interesa más”, concluye.
 
Enfatiza en su deseo por dejar un buen legado para sus compañeros y quienes vean sus pinturas no se fijen tanto en el nombre, sino en que hubo alguien que dejó algo plasmado y hace que su estación parezca más una casa que un lugar de trabajo.
 
De esta manera su legado trascenderá a su experiencia y vocación, pues las paredes de varias estaciones lucirán las obras que otros bomberos comenten al verlas y a través de su hijo Ángel, seguirá velando por el patrimonio de las familias chihuahuenses.
 
Para el bombero primero Juan Manuel Olivas Pérez y en general para todos sus compañeros bomberos y policías, el tiempo de su jubilación se acortó de 30 a 25 años de labores con la propuesta del alcalde Marco Bonilla para reducir en 5 años el tiempo de servicio.

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