27/10/2025
El cambio climático ya está presente en México y se puede notar en las modificaciones de los patrones del tiempo atmosférico, que provocan lluvias intensas y eventos climáticos extremos, ante los cuales las autoridades tienen un menor margen de respuesta.
Al aumentar la temperatura del océano se dan las condiciones de humedad necesarias para generar tormentas y huracanes, y a eso se suman fenómenos naturales como La Niña o El Niño que crean variaciones cada vez más extremas, lo que provoca lluvias como las del 9 de octubre pasado en Veracruz, Puebla, San Luis Potosí, Hidalgo y Querétaro.
Así lo advierten especialistas y organizaciones ambientales que, desde hace años, han puesto sobre la mesa los efectos del cambio climático en México: lluvias torrenciales, desbordamiento de ríos, fuertes vientos, incendios, inundaciones, deslaves, pérdidas de seres vivos y humanos, y comunidades desplazadas e incomunicadas, principalmente cuando se dan catástrofes como huracanes y sequías.
Evelyn Aguirre, ingeniera Ambiental por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explicó que al haber un aumento en la temperatura global, se concentra mayor cantidad de agua en la atmósfera, lo que hace que se concentren nubes gigantescas cuya lluvia cae de forma dispareja.
Detalló que antes, la distribución de lluvia caía en toda una región pero ahora es demasiada la precipitación en puntos específicos. Al afectarse los ciclos biogeoquímicos y sobre todo el ciclo del agua, prosiguió, se presentan inundaciones y aumenta la frecuencia de lluvias torrenciales, ciclones y tormentas tropicales: “Aunque parece como contraintuitivo, también las sequías afectan para que haya más inundaciones, porque cuando hay sequías el suelo tiene menor permeabilidad, o sea, se filtra menos el agua. Cuando llueve de forma como ha estado lloviendo ahora, lo que pasa es que el agua no se filtra al suelo y el subsuelo, sino que se queda en la parte superficial”, dijo.
Alberto Alarcón, del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (Cemda) refirió que los acontecimientos en la Ciudad de México y demás estados afectados son consecuencia de una mala planeación urbana y climática en materia de adaptación, lo que se suma a las afectaciones de los niveles de precipitación, las modificaciones del ciclo del agua y los climas extremos.
“Vamos a tener ciclos de sequía muchísimo más fuertes y lluvias muchísimo más intensas, y parte de una planificación urbana tiene que ver con la falta de prevención de riesgos y estrategias para cubrir las pérdidas y los daños. Se deben monitorear ríos y presas, sobre todo los que están cerca de la población, Protección Civil debe actualizar los atlas de riesgos, así se podrían prevenir pérdidas humanas y materiales muy importantes”, agregó.
Heber Vázquez, investigador por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), informó a su vez que en los últimos 50 años hay un aumento en los reportes de inundaciones entre los meses de julio y septiembre: “Sí hay cierta correlación con la cantidad de lluvias, pero lo que se indica es que las poblaciones cada vez más están menos preparadas para este tipo de eventos.
“Los impactos y sobre todo el tipo de respuesta que se da a los fenómenos con la exacerbación del cambio climático se hace cada vez más compleja. Se tiene que ser capaz de responder a fenómenos de magnitudes que antes no existían, con frecuencias que antes no existían y eso lo hace muy complicado”, apuntó Pablo Ramírez, coordinador del programa de energía y cambio climático en Greenpeace México.
En entrevista con este medio, mencionó que el calentamiento global genera que los patrones del clima se vuelvan atípicos, por lo que los sistemas que existían para lluvias estacionales ya no responden.
“Lejos de mejorar, está empeorando y si no hacemos algo irá empeorando año con año y esto que estamos viendo y que resulta atípico para las autoridades, pues solamente se irá exacerbando. Es fundamental que las políticas del país se alineen y empiecen a poner este tipo de fenómenos que son prioridad para todo el mundo en ese nivel de urgencia”, apuntó.
Autoridades frente al cambio climático
Sobre los discursos gubernamentales que se han manejado en la última semana sobre lluvias atípicas e impredecibles, Evelyn Aguirre expresó que el Atlas Nacional de Riesgos refiere que Poza Rica, Veracruz y la Sierra Norte de Puebla están mapeados como zonas de riesgo por las constantes inundaciones que presentan cada año.
“El gobierno fue lentísimo, ineficaz y la burla, porque Conagua avisó en sus pronósticos sobre una precipitación muy alta. Tuvieron tiempo para evacuar, para avisar, prevenir, pero no lo hicieron y esa es una decisión política, se sabía que iba a pasar y se tomó la decisión de no hacer nada, esa es la realidad. ¿Cómo van a decir que no se puede pronosticar? No son sismos, son lluvias”, dijo.
Por otra parte, Pablo Ramírez calificó como necesario reubicar recursos económicos, pues la Ley General del Cambio Climático (que se encuentra en el anexo transversal número 16 del presupuesto de gastos federal) ordena con claridad que debe haber una partida presupuestal destinada a atender este fenómeno en México.
“El gran problema es que este presupuesto se ha utilizado como una especie de caja chica para cualquier cosa, menos para poder tomar medidas de adaptación y prevención al cambio climático. Se han construido gasoductos, carreteras, se construyó el Tren Maya, por ejemplo, que lejos de ayudarnos a adaptar, está destruyendo ecosistemas que nos permiten ser más resilientes”, refirió.
¿Es suficiente el equipo tecnológico para detectar fenómenos?
Ramírez indicó que las políticas de adaptación y de prevención a este tipo de riesgos climáticos no se han desarrollado a la par de los riesgos que hay en el país. Una de las razones es la generación de capacidades: contar con sistemas de monitoreo que permitan saber lo que viene y prevenir, sobre todo, para poder alertar con los protocolos de protección civil que permitan a la gente y sus propiedades estar a salvo en dichas situaciones.
“Este tipo de sistemas no han servido para poder alertar y cuando existen los sistemas, las alertas no se han dado. Esto habla de una falta de sincronía entre los protocolos, una falta de comunicación entre las autoridades”, agregó.
Lamentó que las autoridades no obedezcan a la información con la que se cuenta, por lo que los sistemas de alerta temprana no funcionan al igual que los protocolos de protección civil.
“Lo que falla son las decisiones y la interpretación, pero sobre todo las decisiones que se toman con los estudios que se hacen, porque el estudio puede ser buenísimo, pero si no utilizan el instrumento para tomar decisiones y hacer política pública, no importa qué tan increíble sea el equipo humano y tecnológico, si no vas a ocuparlo para lo que es, que es para tomar decisiones inteligentes”, agregó Aguirre López.
Heber Vázquez describió el clima como algo complejo, pues los reportes meteorológicos solamente tienen cierto horizonte de previsión y existe cierto grado de probabilidad.
Con Información de EL UNIVERSAL


