28/11/2024
Sin lugar a dudas que en el duelo de estrategias, Juan Carlos Osorio le ganó la partida a Martín Anselmi. El marcador (3-0), la goleada es más que evidente.
Cruz Azul lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a fallar a la hora buena, está al borde de otro ridículo y ahora se necesitará una gesta epopéyica para en el juego de vuelta dar la vuelta y seguir con vida en las finales.
Y no es que el colombiano haya innovado, haya inventado el hilo negro. Jugó a la lógica. Cuidó bien sus espaldas y atacó por donde más le duele a los cementeros: La pelota cruzada a lo largo y a la velocidad. La ‘Pantera’ Zúñiga abrió el marcador de esa forma, al romper la línea y vencer en el mano a mano a Kevin Mier (10’). Hasta ahí, Cruz Azul aún estaba en el juego.
Pero vino el error de siempre, el de Gonzalo Piovi quien no despeja el balón, lo dejó a merced de Efraín Álvarez quien con mucha clase derrotó a Mier.
Además del buen plan maquinado por Osorio, Cruz Azul no se ayudó. Jorge Sánchez perdió la cabeza, le bailó encima a Zúñiga y se fue expulsado (34’). La consecuencia fue el tercer tanto, obra de Emanuel Reynoso, quien coronó una gran jugada individual (42’).
El resto del juego fue un acto de sobrevivencia de parte de los cementeros. Anselmi apostó, por primera vez desde que está en México, a que no le metieran más goles y esperar un milagro vuelto gol para dejar abierta la eliminatoria, mientras que Juan Carlos Osorio no se desbocó en busca del cuarto, fue cauto, fue en la búsqueda, pero sin descubrirse en defensa.
Puede que la eliminatoria, a pesar de los tres goles de diferencia, esté abierto por lo que mostró Cruz Azul en el torneo regular, pero esos números de las 17 jornadas no valen de nada… La Máquina está al borde de otro ridículo.